Somos espectadores y oyentes a diario, de los diversos debates sobre corrupción; desarrollados en las cadenas de TVE; los cuales son analizados por diversas personas inteligentes y documentadas; aunque hay algunas que están interesadas, en minimizar o desviar las corruptelas económicas, ejercidas por personas de mal vivir. Generalmente en estos debates; se trata de divulgar públicamente noticias; algunas ya publicadas con detalle en los periódicos nacionales; sobre los chanchullos y mangoneos de personas, que manejan la Política y Economía. Los responsables están en los partidos, sindicatos, gobierno central y autonómico; además de bancos y algunas otras personas allegadas, con influencia y otorgamiento de alto rango.
Del resultado de estos debates, por la intervención de los contertulios o censores; generalmente periodistas reconocidos, sociales o liberales; nunca se consigue esclarecer o aclarar la culpabilidad de los corruptos, debido a la rivalidad y marañas de los contertulios manipuladores. Tiene que ser la Justicia, la que determine la verdad de los hechos; y con ello la gravedad del delito de los corruptos; para que la ciudadanía se entere fielmente del asunto; o se serene en sus dudas.
Nosotros en los debates; independientemente del moderador (que es un libro abierto) y los invitados especiales; hemos observado espectáculos de rencillas de cierta agresividad, por ideas discrepantes en el asunto que se trata. No es extraño estas diferencias, porque en el análisis de la corruptela; se dividen sus preferencias aparentes, en uno u otro bando de los contertulios, como así son: derechas-izquierdas; periodistas- economistas; conservadores-progresistas; analistas-reprochadores y virtuales- concisos.
Respecto a las formas diferentes de intervención y actuación entre los dos frentes de contertulios; nos llama mucho la atención, el enfrentamiento y animosidad entre dos contertulios destacados; uno muy inteligente y sereno (periodista) y el otro experto analista, muy enterado en asuntos internacionales, que define sus ideas con ardor muy efusivo. A los dos les suelo oír con mucha atención, respetando sus opiniones. Uno de ellos se acerca más a mis ideales sociales y humanistas. También suelen acudir a los debates como invitados; algunos economistas y políticos destacados. Con estos no hay diferencias, se inclinan todos en destacar la gravedad de la situación. Uno de los economistas es un verdadero ejecutivo en Economía y Finanzas, al que nadie le ha reprochado sus ideas y exposiciones; creemos que es un destacado asesor de un gabinete importante, siempre sonriente.
El otro economista, es un político impresionante, por tal causa todos los contertulios se ponen en guardia y en silencio, para oír su magnífico pensamiento, parlamento y sonata verbal; unos para agradecerlo y otros para atacarle con palabras capciosas. Esta última maraña es un abordaje, que le hacen algunos para orzar su rumbo contra el acantilado; que nunca lo podrán conseguir. Este joven economista, Alberto Garzón, que destruye cualquier manipulación que se le presente; ha sido analizado psicológica mente por un servidor. Solo ha sido necesario mirarle a los ojos, a través de la pantalla, para observar la fisonomía de un joven buen pensador, cuyos impulsos humanistas e ideales no se corresponden a su edad. Parece que su mente y corazón, han desterrado los vicios de diversión jaranera juvenil, para ajustarlos a instintos de una vida más real y verdadera.
Como conclusión final; seguiremos oyendo a estos contertulios y sobre todo a su moderador excepcional, dirigiendo ardorosamente el cotarro como siempre. Seguiremos fieles con el rumbo de nuestro cuaderno de bitácora y timón a la vía; para conseguir abarloar por babor, el paraíso perdido; no precisamente el de la “Polinesia” sino el que nos corresponde como seres humanos; para que nuestras almas y cuerpos, que presentan síntomas de asfixia; se vayan poco a poco recuperando en tranquilidad y felicidad.