OH! río Oca, humilde, sacrificado e impotente para tanto designio como es, tu territorio de la Bureba (buena cabeza); pero pronto te llegará algo de redención. Hoy deberías preguntar al destino, que pensaran tus homónimos Oka vasco, Oka ruso del Volga, Oka ruso siberiano del Ongara, Okavango africano, Oka Mayu de Bolivia y Oka Mata del Brasil; al verte coronado con esa majestuosa diadema amurallada, que cierra tu embalse de Alba. Tu reducido caudal y embolsamiento de agua arterial y biológica, no se puede comparar en volumen al potencial hidráulico de ese río ruso mesetario, acodado y meandroso; que nace en los glacis o rampas de la Meseta Central Rusa, recorre 1.500 km y desagua 1.200 m3/s en el caudaloso Volga, o con el río africano Okavango de 1.000 km, con sus meandros espectaculares y con su delta terrestre, que desagua y refresca las arenas del desierto de Kalahari. Pero si te puedes comparar río Oca, por la calidad de tus aguas de cabecera, no por las que bordean Briviesca, sino las que son primigenias, naturales y cristalinas, resurgentes por los espacios naturales de La Demanda y Montes de Oca.
Hemos recorrido el perímetro altitudinal del embalse de Alba pisando todas sus cotas, con la ayuda del guarda forestal de Villafranca Montes de Oca, y no podemos negar y silenciar la evidencia hidráulica de Alba. Este embalse tiene unas dimensiones reducidas, pero normales y adaptadas a las condiciones geográficas de su ubicación zonal; y no sabemos si por azar o por empeño, la obra está perfectamente equilibrada con el entorno y contorno natural.
Al hacer un análisis de la Geomorfología observable del perímetro rocoso que rodea al embalse, nos descubrió los siguientes caracteres físicos. Este espacio inundado y su continente; es una hoya cretácica, emergente y aislada en la amplia sedimentación del Terciario, marginal y en contacto con los terrenos antiguos y paleozoicos de La Demanda, yacentes por su flanco Norte. La tectónica violenta ejercida sobre este núcleo rocoso y calizo de Alba, debido a los últimos movimientos sísmicos alpinos, que cruzaron estos puntos; determinaron sobre las estructuras clásticas o masivas inferiores; un levantamiento del anticlinal calizo y por ende su fractura, ensanchamiento y al final cierto desmantelamiento erosivo.
En este anticlinal, también se observa por sus flancos, unos plegamientos longitudinales muy espectaculares y fracturas, que conformaron el paso o “cluse” del río Oca, formada entre las peñas de Somoro, La Hoz y La Caldera. También y paralelamente a estas líneas de plegamiento, se produjeron en las masas rocosas, unos empujes y dislocaciones asimétricas, que dieron lugar a un pliegue en codillo, fenómeno geológico digno de verse, que dio nombre al río Oca. En dirección hacia el Puerto de la Pedraja y bajo Peñalta, el empuje domal del anticlinal de Alba, también ha dejado al descubierto los afloramientos de las arenas y arcillas del Cretácico inferior, piso Albiense en facies Utrillas, con acumulaciones bastante terrosas.
El acceso desde la ermita de Villafranca Montes de Oca a la presa del embalse, por el curso del río Oca o por el antiguo camino de Alba, tallado sobre las rocas calizas, es una delicia; que se agiganta a medida que uno se aproxima a las gradas o repisas del canal de desagüe. Por aquí se ha conjugado la obra resistente de hormigón armado, con los paredones verticales de escollera cimentada y uniforme; los cuales conforman el canal de salida. Estas obras en nuestra opinión, están ejecutadas con perfecta maestría y estética, dando la impresión de una rivalidad compatible entre dos fines: La obra de La Creación (Geología) y la obra del Hombre (Ingeniería). Aquí también se han aunado y complementado, la habilidad del hombre rudo de ásperas manos, con la técnica de los expertos.
Las rocas calizas próximas a la presa están tapizadas en sus grietas por numerosas plantas de bellos matices, que mezcladas con el plateado de las rocas, enaltecen el paisaje bucólico de este desfiladero de Alba. Por aquí se demuestra que la flora rupícola de calizas, es más prolífera y atractiva que la silícea. Un detalle que se observa por estos terrenos, es que la flora es diversa y cambiante de un monte a otro y de una ladera a otra; la influencia hay que buscarla en la constitución física de los suelos y algo en su orientación. Por eso en los núcleos rocosos prospera una vegetación diferente a los terrenos circundantes, ácidos, arenosos o descalcificados. Esta biodiversidad se manifiesta en árboles y arbustos, destacando el fenómeno con los robles pirenaicos, los enebros comunes, las retamas, los tomillos y jarillas. Sin embargo las hayas, son árboles notorios (cosmo-montanos) que no les afecta el suelo, solo las heladas tardías en sus “torpedos” en floración”.
El agua que llega al embalse, viene principalmente por el incipiente río Oca; que nace de la unión de tres pequeños regatos; el Trampal de Rábanos, el Pontón y Roblizas de Alarcia y algún derrame de Villamudria. Pero donde el Oca va tomando cierto caudal es a partir de Haedillo y sobre todo con el regato del Hito y las fuentes del desfiladero de Hozquemada. También llegan al embalse los arroyos de Costalrrollo, San Millán, Montecillo y Palacios. Esta red fluvial que abastece al embalse, se debe cuidar rigurosamente su calidad, con las normas de salvaguarda y servidumbres del Perímetro de Protección; en toda la cuenca alta del embalse.
Hay que considerar no obstante y de manera real, que el potencial de las aguas se encuentra en las estructuras subterráneas bajo el embalse y zonas subálveas, próximas a Villafranca Montes de Oca.También es normal que las reservas o capacidad del embalse van a fluctuar, debido a la demanda de abastecimiento, a la aportación de menos aguas en el estío, y a la salida regulada del caudal biológico para el río Oca. Este último va a ser el más perjudicado. Para salvar y garantizar la supervivencia fluvial y las futuras demandas de regadíos, insinuamos dotar en la salida del Oca, de una estación de sondeo y bombeo, para aportarle aguas subterráneas y subálveas, suficientes para mantener la circulación del río en sus 75 km de curso, en buenas condiciones naturales y biológicas, entre Villafranca Montes de Oca y la Horadada de Trespaderne, en su desagüe final al Ebro.